miércoles, 27 de julio de 2011

SI NO LO DIGO REVIENTO

Bueno, la vida son dos cuatro días y la mitad está lloviendo, o en guerra...
Así que, antes de que nos maten, quiero estar en paz con mis amigos.
El mejor modo de comenzar es traicionarlos porque, aunque quizá no quieran ellos, yo sí quiero que sus nombres nos consten a todos por si la semana que viene estamos criando gusanos. Quiero que sepa el nombre de los que fueron mis amigos en este calvario que no acaba.
Él se llama Rodrigo. Es el tipo que se dedicaba a la publicidad , el que estaba dispuesto a volver al lugar donde nos encerraron durante semanas para recuperar su espada, el que defiende a los suyos como un león soberbio e implacable.
Yo me follé a su exmujer, que quería ponerle una trampa, no sé si recordáis.
Ella se llama Lucrecia. Sí, tiene nombre de mala, y seguramente ha sido la tía más mala del mundo con Rodrigo. Pero las cosas han cambiado mucho. Resulta que ahora ellos han vuelto a enamorarse, pero hay un problema añadido: que Lucrecia y yo seguimos liados. No sé lo que sentimos el uno por el otro y no sé lo que cojones le pasa a Rodrigo por la cabeza para no volver a coger lo que es suyo. A veces da la impresión de que espada le ha castrado y lo ha elevado sobre nuestras cabezas.
Pero, con todo y con eso, Rodrigo y yo no nos hablamos por culpa de este triángulo.
La pequeña se llama Lorena. A mí me da la impresión de que Rodrigo siempre quiso que se llamase Claudia. Ahora la usa para hacerme daño, aunque no sé si sería capaz de reconocerlo abiertamente. Supongo que sí. Ha reconocido muchas cosas oscuras de sus persona.
Lorena y yo somos buenos amigos, confía en mí como en un hermano mayor, pero Rodrigo le ha prohibido que me dirija la palabra.
Y Lorena obedece porque es la cría de un león.
Esta noche voy a hablar con Rodrigo. Aunque lo haga poco y a escondidas, sé que sigue leyendo los blogs que escribimos, estas bitácoras desesperadas, y quizá antes de que hablemos haya leído esto.
Estamos a 50 kmm de Despeñaperros pero Hidalgo ha ordenado descansar. Últimamente no habla de lo que piensa o intuye peor seguimos obedeciéndole como un navegane a una brújula.
Si tenemos que parar, es porque mandará exploradores durante la noche; es decir, que nos espera algún peligro antes de llegar al punto de encuentro.

1 comentario:

Blanca dijo...

Los triángulos nunca son buenos, a veces acaban muy mal. Estamos próximos al punto de unión, nos cuidamos lo mejor que podemos y agradecemos cuanta ayuda nos mandeis.