El comienzo de mi proyecto no ha sido muy alentador. He estado toda la mañana en el sofá, leyendo un poco la partitura mientras escuchaba la versión de Vengerov, esa que está ahí al lado, a ver si se parecía en algo su interpretación con las indicaciones de Ravel. He intentado tocar algunas células de la cadenza inicial, las más sencillas. Evidentemente, me he debido dormir en algún momento.
Cuando me he despertado, me he sentido idiota. He hecho unos cuantos abdominales y me he preparado un par de bocatas de pan de molde con jamón york y lechuga. Y ahora viene lo desalentador: no he hecho nada más en toda la tarde que tenga que ver con Tzigane. He visto la tele hasta que ha venido Tono. Y cuando ha venido Tono, hemos estado un buen rato jugando con la play en su habitación. Me ha dicho que ha tenido hoy un examen de griego y necesitaba desconectar, así que yo no le he dicho nada de Tzigane ni de Ravel. Para qué. Justo a las 8, hace casi una hora, me ha llamado Agustín para que fuera al Country a trabajar esta noche. Tiene la puta manía de avisarme casi sin tiempo cuando tengo que ir a echarle un cable en la barra.
Resumiendo, que ha sido un comienzo flojo. Quitando ese par de horas de la mañana, en las que me he acercado un poquito a la Tzigane, el resto del día, para olvidar. A ver qué tal se me da esta noche el curro. No recojo ni el violín del sofá.
2 comentarios:
¿Así que vas al country?
Cuando me pase por Salamanca me paso por allí y me invitas a una copa, ¡violinista!
Je, je… Veré que puedo hacer por ti!
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