lunes, 25 de abril de 2011

Flash (o de cómo un violinista hace una idiotez)

La pasada noche prometía ser una noche aburridísima en el Country. Sin embargo me voy acordar el resto de mi vida, no por el polvo, que también, sino por consentir una idiotez que todavía no sé qué factura va pasarme.

Os cuento: me ligué a una cuarentona que estaba buenísima. Era madrileña y había venido a pasar el puente a Salamanca. Estuvo más o menos una hora sola en la barra, charlamos, le puse un par de copas, y cuando se marchó hacia las dos, me pasó discretamente una nota con su nombre, mientras me decía que me esperaba en el Monterrey.

Ángela me ha hecho el favor de cerrar ella el Country (lo que yo digo, somos colegas) y me he podido escapar hacia las tres. La Gran Vía estaba muy poco animada a pesar de ser mañana fiesta. Volé por los soportales y llegué en un tris a Santa Eulalia. Cuando pregunté en recepción por Laura Gómez me dijeron que estaba en la habitación 426 y que había dejado recado de que me estaba esperando.

No había maletas, por lo que supuse que no se alojaba en esa habitación, puede que ni siquiera en el hotel. Nos hicimos un par de copas del minibar y enseguida comenzamos a besarnos y desnudarnos un poco a lo loco. Se le notaba que me tenía ganas. Y reconozco que yo también. La tía sabía lo que quería y sabía cómo cogerlo: iba a ser un polvo de escándalo.

Y sorpresas te da la vida. La tal Laura resultó ser fetichista. Nada salvaje, ya veréis, pero un poco rarito ya os digo que sí. En plena faena sacó de debajo de la cama una cámara de fotos y se dedicó a disparar a diestro y siniestro, yo sólo, ella sola, los dos con temporizador, los dos sin temporizador. Tendría que haber protestado más energicamente, pero lo cierto es que el juego me estaba gustando. La tipa tenía un morbo de espanto, con y sin cámara, y pensé que con obligarla a que borrar la memoria la cámara al levantarnos sería suficiente.

Pero esta mañana, cuando me he despertado en la 426, la cuarentona de los huevos no estaba. Por supuesto, la cámara tampoco. Me he vestido, he preguntado en recepción y nada, la cuenta pagada (menos mal) y ningún dato más. De la categoría de fetichista morbosa, Laurita ha subido a la de puta enferma. Ahora hay un montón de fotos mías en bolas, follando con una desconocida. Y la puta sabe donde trabajo. Y yo no sé nada de ella. Igual no es ni de Madrid. Joder.

5 comentarios:

Blanca dijo...

Estos grandes polvos son más peligrosos que una central nuclear.

Mira a ver por youtube por si acaso.

Pero no te preocupes, seguro que lo guarda para ella misma. Hará colección.

Saludos.

Brau dijo...

Yo más bien miraría por páginas guarras tipo Porn Hube ¿no? igual te haces famoso ¿qué talla gastas?

Rebeca Goyri dijo...

Dios, jajaja, una pasa un par de días sin mirar y de pronto esto se pone interesante.

Tampoco es para tanto, en tu lugar sólo me preocuparía si te hicieses muy famoso. Pero que mucho.

Y, Andy, replantéate las cosas. Está claro que el jolgorio se te da mejor que el violín, je.

andy dijo...

Llevo dos días que no tengo vida. Estoy preocupado por lo de las fotos.

Malena dijo...

Perdona, de verdad, pero... ME PARTO!!!... de fetichista morbosa a puta enferma!! Buenísssimo!!
Estoy con Blanca: seguro que son solo para ellas. Si las hiciera públicas la puedes denunciar, así que si yo fuera ella, no lo haría...
BeXo.